El Posconflicto en el Contexto de Crisis

“Las posiciones ciudadanas frente al proceso de paz indican que no hemos madurado para el debate crítico, para la argumentación y, en ese sentido, podemos repetir que Colombia necesita de filosofía en la escuela, en la academia pero, más importante, se necesita en la sociedad”, afirma Leonardo Tovar, para  quien uno de los retos de los filósofos es darle elementos ayuden a la gente a entenderse así misma y logren ejercer sus derechos dentro de la sociedad, en eventos históricos como el desarrollo del proceso de paz. Amalia Boyer apunta que el posconflicto coincide con ese panorama mundial de crisis, donde los demás saberes parecen cerrar las posibilidades al cambio ante la desigualdad social, la pobreza derivada del sistema económico y la ineficiencia de los gobiernos para afrontar estas problemáticas. 
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“Entre la política y la economía nos dicen que todo está terrible, sin posibilidades de una transformación, nos cierran la imaginación. Por eso creo en la capacidad de la filosofía para dar un paso al lado y ayudarnos en el proceso de abrir las fronteras del pensamiento en un contexto donde no nos ofrecen soluciones”, explica Boyer. Los cambios en un país como Colombia suceden de forma paralela al avance de  una sociedad interconectada, pero profundamente atomizada. Así lo señala Guillermo Serrano, quien apunta que la revolución de la comunicación nos ha hecho vivir una vida nueva que hemos adoptado sin pensar y va en un ritmo tan rápido sin darnos tiempo de comprender. “Vivimos más rápido de lo que pensamos; sobre todo ya somos otros hombres y no nos dimos cuenta de cuándo comenzamos a serlo”, reflexiona Serrano. El docente de la Universidad del Norte coincide con sus colegas al señalar a la filosofía como una disciplina que tiene la misión de hacer una especie de examen de nuestra realidad, “de las finalidades humanas para no dejarnos confundir por los medios de destruyen lo humano en la sociedad”.

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