Naturalismo Antropológico

Una serie de cuestiones antropológicas de especial relevancia para el estudio de los afectos, así como de importantes consecuencias para la concepción de la religión propia de Spinoza. ¿Qué es el hombre? ¿Qué realidad tiene lo inadecuado? Un primer balance sobre las respuestas que Spinoza da a estas preguntas muestra que la antropología spinoziana es naturalista, que su naturalismo está especialmente comprometido con la dimensión ontológica y ética de los afectos, y que dicho naturalismo se extiende hasta cubrir el campo de lo religioso.
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La antropología de Spinoza es naturalista porque el hombre se contempla desde la Naturaleza, es decir, como modo finito suyo. El hombre, según señala Spinoza, es siempre una parte de la Naturaleza. Y esta condición suya de ser parte hace que el hombre esté siempre sometido, en alguna medida, a las pasiones. El naturalismo antropológico spinoziano otorga, pues, una dimensión ontológica fundamental a las pasiones y los afectos. Ahora bien, las pasiones no son sólo fuente de sufrimiento, sino que también pueden ser origen de valor. A las afecciones alegres les corresponden en el alma ideas adecuadas. El ser humano es deseo, es decir, naturaleza o conatus, potencia lúcida fuente de virtud, de libertad y de felicidad. Y así, en último lugar, el naturalismo antropológico propio de la filosofía de Spinoza está comprometido con la dimensión ética, al menos, de ciertas pasiones y afectos. Su compromiso con la doble dimensión teórica y práctica de los afectos es uno de los rasgos más distintivos de la antropología naturalista de Spinoza. Y ello hasta tal punto que se pueden rastrear sus consecuencias en el ámbito de lo religioso. También el hombre, en la medida en que está sujeto en algún grado a las pasiones, está siempre abierto a lo religioso. La dimensión religiosa no puede extirparse completamente del hombre porque ésta tiene lugar necesariamente en la medida en que el hombre es finito y sólo una parte de la Naturaleza o Dios. Lo religioso tiene, pues, cierta dimensión ontológica en la filosofía de Spinoza. Ahora bien, Spinoza señala que es necesario distinguir entre una religión inadecuada o triste y la religión natural y universal basada en el amor dei. En este último caso, la religión adquiere un aspecto ético fundamental. En definitiva, el naturalismo spinoziano, y su compromiso con el aspecto teórico y práctico de las pasiones y los afectos, alcanza también a lo religioso, mostrando la complejidad de la concepción spinoziana de la religión.

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