Platón sostiene la idea pitagórica de la transmigración de las almas, es decir, la desaparición del cuerpo no significa en absoluto la desaparición del alma sino todo el contrario, la muerte es considerada como una liberación. Pero esta liberación no es eterna, puesto que el alma tendrá que volver a renacer en otro cuerpo.
Según Platón el alma se alimenta de belleza, sabiduría y bondad, pero no todos los seres humanos saben como alimentar correctamente su alma. Este es un asunto de gran importancia puesto que el destino de nuestras almas depende del tipo de vida que llevamos cuando está ligada a un cuerpo. El cuerpo está considerado como una prisión en la que se está debido a algún error cometido anteriormente. De todos modos, es posible liberarse de esta prisión, como por ejemplo en el mito de la caverna. El error cometido ha sido alejarse del Bien y de la Verdad, si somos capaces de llenar el alma de Bien y Verdad podremos liberarnos definitivamente del ciclo de reencarnaciones. En conclusión se puede afirmar que la vida filosófica es la que nos puede hacer más perfectas y liberarnos definitivamente de las limitaciones que tiene el cuerpo.
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